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Aportaciones de la Epigrafía a la investigación arqueológica

Aportaciones de la Epigrafía a la investigación arqueológica

Escrito por el 29 agosto, 2012 – 17:21
Los logros de la epigrafía en el Área Maya son prácticamente muy recientes, ya que es en los últimos cuarenta años cuando se ha podido descifrar parte de la escritura maya y algunas veces los resultados de sus lecturas no han coincidido con la investigación arqueológica.

Glifos mayas
En el caso específico de la civilización maya, la epigrafía tiene un amplio campo de trabajo, dada la cantidad de glifos y esculturas que se conservan de estos pueblos que habitaron el territorio que hoy corresponde con el sur de México, Guatemala, Belice y Honduras.


A través de la epigrafía se pueden estudiar todas las inscripciones que pueden encontrarse en monumentos y otros objetos que en su día estaban destinados a formar parte de un templo, una tumba, etc.
Considero que la epigrafía podría aportar gran cantidad de información para las investigaciones arqueológicas, ya que al contrastar estos dos tipos de fuentes se puede llegar a conclusiones más interesantes. Además, la labor arqueológica requiere de otro tipo de datos que enriquezcan su labor, por lo que se deben realizar investigaciones interdisciplinarias.
¿Qué es la epigrafía?
La epigrafía es una ciencia que tiene por objeto el estudio integral de las inscripciones o epígrafes hechos en sustancias duras como madera, metal o piedra. Las inscripciones a lo largo de la historia de la epigrafía, se han considerado por su contenido, en tanto que apoyo de la historia o de la filología, o por su forma, como base para el estudio de la escritura, diferenciándose a veces de forma poco precisa de la paleografía por el tipo de soporte en que los textos aparecen escritos, o como apoyo de la arqueología, para fechar yacimientos o documentar restos arqueológicos y contrastar la información que ofrecen.
Es evidente que las inscripciones constituyen documentos de primer orden para el conocimiento de la las civilizaciones pretéritas, pero deben estudiarse como objeto fundamental en sí mismas, con su propia metodología.
En la historia de la escritura, juegan un papel muy importante ya que en prácticamente todas las civilizaciones existen inscripciones primitivas sobre diferentes soportes: tablillas de arcilla, huesos, piedra, mármol o bronce, entre otros.
De hecho, una de las características que tradicionalmente definía a la epigrafía, frente a la paleografía -que en su sentido más restringido sería el estudio de las escrituras antiguas y su evolución-, es, desde un punto de vista práctico al menos, la consideración del soporte, entendiéndose que la epigrafía se ocupa de los textos inscritos o escritos en soportes duros, como los citados, a excepción de las monedas, de cuyo estudio se encarga la numismática, o de la sigilografía que estudia los sellos antiguos, mientras que la paleografía tiene como objeto el estudio de la escritura sobre los denominados materiales blandos como el pergamino o papel, dado que también, la escritura en papiro es objeto del estudio de la papirología, junto con otras escrituras de caracteres similares, aunque estén realizadas sobre otro soporte.
Al lado de éstas, la codicología estudia el libro, en tanto que soporte y forma especial, así como su historia y evolución. Pero la distinción básica entre materiales duros o resistentes y blandos para dividir epigrafía y paleografía es insuficiente e inexacta; también lo es el hecho de que la escritura fundamentalmente utilizada en las inscripciones sea la capital, frente a las minúsculas, librarias o cursivas, en los códices y documentos, o que en las primeras sea incisa y en los segundos trazadas.
Epigrafía maya.
La escritura maya es una de las más complejas, lamentablemente, debido a que lo que se ha descifrado hasta la fecha es sólo una ínfima parte que incluye en su mayor parte, fechas y unos cuantos glifos. Una buena parte de la complejidad de los textos mayas se debe a los aportes de otras sociedades, como por ejemplo la olmeca o de sociedades de Oaxaca.
En el país, ningún investigador se ha dedicado al estudio de estas inscripciones, sino que todos los trabajos han sido hechos por extranjeros. Pueden dividirse los estudios epigráficos en el Área Maya en cuatro escuelas, la Escuela Alemana, la Escuela Rusa, la Escuela Norteamericana y la Escuela Mexicana.
Se han hecho algunas propuestas como la de Heinrich Berlin (1), que menciona un glifo especial y exclusivo de cada ciudad al que llama glifo Emblema. Se desconoce el significado de estos emblemas, pero considera que se refiere a algo estrechamente relacionado con cada lugar, ya sea el nombre de la localidad, de una deidad tutelar, de una dinastía…
En 1566, Diego de Landa, obispo franciscano que fue un terrible destructor de la cultura maya, escribió: `Encontramos un gran número de libros llenos de escritos que contenían sólo supersticiones y mentiras del diablo. Los hemos quemado y esto les causa dolor y tormento` (2).

Diego de Landa
Sin embargo, de toda esta destrucción quedaron templos con inscripciones, estelas, tumbas y objetos que hablan de este mundo apasionante que todos deseamos conocer y cuyos enigmas se van resolviendo de manera paulatina.
Epigrafía y arqueología.
El empleo simultáneo del análisis epigráfico con otro tipo de datos, en este caso los aportados por la arqueología, pueden hacer más efectiva la reconstrucción de la historia de estas ciudades mayas.
El uso de datos epigráficos trae consigo muchas ventajas para las investigaciones arqueológicas. Un ejemplo de este tipo de trabajos es el que realizó Marcela Ayala Falcón con la estela 39 de Tikal (3). En este trabajo, ella intentó conformar la inscripción dentro de la historia del sitio, no sólo tratar de interpretar los signos de la estela. Además del análisis epigráfico e iconográfico, empleó los datos de la arqueología y la antropología física para hacerlo más complementario.
Hay veces en que las estelas no pueden fecharse por los medio convencionales, por lo que hay que acudir a alternativas, que en este caso sería el uso del dato epigráfico.
Por ejemplo, se pueden analizar las estelas para poder obtener las fechas que éstas contienen, en este caso la cuenta larga. Otra opción es emplear un análisis estilístico como el que Ayala Falcón realizó que en este caso, ella retomó unos rasgos de la estela y las comparó con otros de la placa de Leyden, por lo que obtuvo una antigüedad aproximada (4).
Con respecto a las inscripciones, muchas veces la información que contienen es demasiado parcial ya que la información “escrita” era hecha por los grupos dominantes para satisfacer sus propios intereses, por lo que en ese caso se puede recurrir al dato arqueológico que puede ser la distribución y estudio de los edificios, cerámica, entre otras cosas, éstos elementos asociados contienen otro tipo de información que puede ayudar a reconstruir la historia del sitio y sus relaciones con otras de la misma zona.
También es interesante encontrar en los análisis estilísticos de las estelas, elementos pertenecientes a otras zonas, que al comparar con datos arqueológicos, nos brindan evidencias de ciertas relaciones entre estos grupos, o de movimientos étnicos.
En el trabajo de Ayala Falcón que se mencionó anteriormente, al asociar el análisis epigráfico con el arqueológico, asocia unas tumbas con unas estelas, y llega a la conclusión de que desde épocas muy tempranas, un edificio en específico estuvo relacionado con un linaje que ella llama Jaguar.
Como en este ejemplo, muchas estelas estaban asociadas a edificios y remitían a ciertos momentos en relación con los integrantes de la élite; también se pudieron haber ajustado a eventos celestes o a eventos ajustados al tiempo.
Los datos aportados por las estelas u otras inscripciones, nos pueden decir mucho acerca de los nombres de algunos monarcas, ciudades, o quizá relaciones con otras urbes; además de elementos estilísticos que también las asocien con otras zonas.
Empleo de fuentes históricas
Considero que las fuentes como la epigrafía o la arqueología, necesitan contrastarse con otro tipo de datos, en este caso, con los datos históricos que complementan la información de estas fuentes.
En el Área Maya por ejemplo, este tipo de información es muy importante, ya sea en códices (de los cuales quedan muy pocos), pero sobre todo los libros hechos durante la Colonia por frailes. En esta zona estuvo fray Diego de Landa, quien escribió la Relación de las Cosas de Yucatán (5).
Este fraile fue uno de los que se involucró de lleno en el proceso de evangelización y ocupó muchos cargos dentro de la orden franciscana a la que pertenecía.
Su obra proporciona mucha información para el estudio de los mayas, como por ejemplo el registro de la cuenta larga; también menciona las ruedas de katunes que se entrelazan. Como los españoles contrastan su cultura con la de los indígenas, tratan de adecuar la escritura de éstos a su alfabeto, por lo que fray Diego de Landa le da un valor fonético a las representaciones y arma una especie de alfabeto. Especifica que para completar palabras, emplean elementos gráficos.
A lo largo de muchos años, diversos investigadores trataron de leer los textos mayas utilizando el alfabeto legado por Landa, pero ninguno lo había logrado por lo que se creyó que este trabajo no servía y era falso; pero Yuri Knórosov comienza a hacer ejercicios con esta obra y otras, y después de muchos análisis, descubrió que en realidad, se trataba de un silabario y no de un alfabeto como se había creído.

Reproducción del alfabeto maya de Diego de Landa, que se encuentra en una página de su libro “Relación de las cosas de Yucatán”
Conclusiones:
Las investigaciones no sólo deben emplear el dato arqueológico, sino que deben ser de carácter interdisciplinario. La epigrafía puede ser una herramienta de gran utilidad para contrastar nuestros datos y obtener nueva información que nos ayude. Asimismo, se deben emplear otro tipo de datos como el histórico y el etnográfico.
La información epigráfica se puede analizar junto con fuentes históricas o etnográficas, como se mencionaba, ya sean códices o leyendas.
Para este tipo de investigaciones se deben tomar en cuenta también otras consideraciones, como son el contexto espacial y temporal. Hay que tomar en cuenta cuándo y dónde se registró, así como la situación social, política, etc.
Referencias:
  1. BERLIN, Heinrich (1977), “Signos y significados en las inscripciones mayas”.
  2. LANDA, Diego de (1566), “Relación de las cosas de Yucatán”.
  3. AYALA, Falcón Maricela (1985), “La estela 39 de Tikal. Mundo Perdido”.
  4. AYALA, Falcón Maricela, ibídem.
  5. LANDA, Diego de, ibídem
Bibliografía:
AYALA, Falcón Marcela (1985) “La estela 39 de Tikal, Mundo Perdido”. Memorias del Primer Coloquio Internacional de Mayistas. UNAM
BERLIN, Heinrich (1977) “Signos y significados en las inscripciones Mayas” Instituto Nacional de Patrimonio cultural de Guatemala.
Enciclopedia Hispánica (2001) “Epigrafía”. Editorial Barsa Planeta, Inc. P. 11-15
LANDA, Diego de (1566) “Relación de las cosas de Yucatán” ed. Dastin introducción de Gómez, Raquel (2003)
Imágenes: Dominio Público

Fuente: redhistoria.com

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